viernes , 19 abril 2024

EL ALMA DE LA MUJER GUERRERA!

Escrito por: Laura Fernández Torrisi 

Con AMOR para mi querida Amiga Mercedes Valdés Salamín de Poveda

y AENPA –Asociación Endometriosis Panamá-

De una Guerrera más…Y para todas las Guerreras!

La diferencia entre vivir desde el alma y vivir sólo desde el ego radica en tres cosas: la habilidad de percibir y aprender nuevas maneras, la tenacidad de atravesar senderos turbulentos y la paciencia de aprender el amor profundo con el tiempo.

Sería un error pensar que se necesita ser un héroe endurecido para lograrlo. No es así. Se necesita un corazón que esté dispuesto a morir y nacer y morir y nacer una y otra vez.

¿Será por eso que somos Guerreras? Las mujeres de por sí tenemos una fortaleza increíble, sale en los momentos difíciles y a veces ni siquiera sabemos que contamos con ella.

Tenemos algo que se conoce como RESILIENCIA ¿Qué es esto? Es “el arte de navegar en los torrentes”, dice Boris Cyrulnik. Es el arte de modificar el dolor para dotarlo de sentido; es la capacidad de ser feliz incluso cuando tienes heridas en el alma o en el cuerpo.

Basándome en los libros de Cyrulnik trataré de explicarlo. Son los recursos internos como la habilidad para establecer relaciones sociales, verbales, de afecto, etc. Consiste en la habilidad para tener un momento de felicidad incluso cuando tienes una herida o fuerte dolor. La magnitud de esa herida es lo de menos: puede ser una pérdida, una experiencia traumática o una enfermedad. En cualquier caso, lo importante es poder atribuirle siempre un significado al trauma, a la enfermedad o al fracaso o a la situación indeseada, sea la que sea.

Si no encuentras un sentido a lo ocurrido (al dolor) y lo transformas, aún estarás atrapada en la herida. Si no hay sentido no hay resiliencia, hay confusión.

No tenemos que pensar que podemos solas, nadie vive solo y es difícil que alguien pueda curarse solo. Necesitamos del médico, del terapeuta, de una red de apoyo como la tenemos nosotras aquí, pero sobre todo del amor, la comprensión, la empatía, el cariño. Todos dependemos de nuestro entorno. Cuando una persona está herida, enferma o se siente infeliz, necesita transformar su dolor. Por ejemplo, volverse altruista, empática y generosa, hacer algo por otra persona. Nosotras comprendemos el dolor mejor que nadie porque estamos pasando por él y podemos apoyarnos, apoyar a otras mujeres que estén sufriendo lo mismo. El hacerse cargo de un niño sin padres si no se puede tenerlo, etc. Esto es resiliencia.

Cuando no se modifica el dolor ni se le encuentra significado y se limita a repetir pautas sin superarlas, no hay resiliencia. Todo esto nos viene a enseñar la Endometriosis.

Necesitamos también seguridad afectiva, y a veces profesional. No siempre aparecen en nuestro camino personas amorosas y altruistas que se empeñen en ayudarnos, a pesar de las resistencias y dificultades que pueda haber; por eso es tan importante la labor de los profesionales preparados para ayudar con amor e implicación personal.

Hay que encontrarle un sentido a aquello por lo que se ha pasado. Siempre. No me refiero a justificar lo que “te ha pasado”, sino a darle un sentido para el futuro. Y no se trata de que las cosas, los acontecimientos, tengan sentido en sí mismos, sino que tú se lo des, que les otorgues un significado en tu vida. Ésta es una de las funciones más importantes de los profesionales, entre otras cosas: ayudar a encontrarlo. Nosotras tenemos un camino andado y sabemos como hacerlo, nuestra alma tiene esa sabiduría, sólo que a veces no la encontramos, no la escuchamos o la olvidamos.

Un medio muy eficaz es la escritura. A menudo, las personas heridas escriben espontáneamente; como una manera de expresar sus emociones, narrar su vida y representarla. Muchas veces, la manera en que narramos nuestra historia nos puede ayudar a curar las heridas, aunque también a crearlas. Por eso es importante utilizar la escritura de una manera que ayude a resignificar el dolor. Si le cambiamos el significado, el dolor cambia.

El amor de estar contigo es el amor que te acompaña. El amor construye unos lazos que fortalecen, hace que te sientas en terreno seguro. Si hay una persona a tu lado que brinda seguridad, es alguien que construirá tu resiliencia.

Hay factores que promueven la resiliencia y son:

Internos:

  • Personalidad rebelde y luchadora.
  • Persona activa.
  • Capacidad de reflexión y de responsabilidad.
  • Capacidad de amar.
  • Confianza en las personas.

Externos:

  • Familia o tutores de apoyo.
  • Mantener una relación firme y estable con al menos uno de los padres.
  • Lazos afectivos.

Las personas resilientes tienen ciertas características:

  • Alto coeficiente intelectual y una notable habilidad para resolver problemas.
  •  Afrontan la realidad con recursos variados.
  • Poseen buena aptitud para manejar relaciones interpersonales.
  •  Su voluntad y capacidad de planificación es grande.
  •  Sentido del humor amplio y positivo.
  • Tienen, en general, más autoestima e independencia y menos tendencia a la desesperanza que el resto.

Dice Clarissa Pinkola a cerca de la mujer salvaje: “todos recibimos de ella una resplandeciente célula que contiene todos los instintos y los saberes necesarios para nuestras vidas. Es la intuición, es la visionaria, la que sabe escuchar. Es la que habla el idioma de los sueños, la pasión y la poesía. Es la hacedora de ciclos, es lo que nos induce a seguir adelante cuando hay atasco”. También dice Clarissa “Dentro de toda mujer alienta una vida secreta, una fuerza poderosa llena de buenos instintos, creatividad y sabiduría. Es la Mujer Salvaje, una especie en peligro de extinción debido a los constantes esfuerzos de la sociedad por “civilizar” a las mujeres y constreñirlas a rígidos papeles, que representan la esencia femenina instintiva…” En dos palabras es: UNA GUERRERA.

Como tú, como yo y como todas las que sin conocernos nos tomamos de las manos, nos abrazamos, nos reconfortamos. Que sabemos del dolor, de la incomprensión de otros, de la falta de sensibilidad de muchas personas. Que nos hemos caído y levantado, que intentamos una y otra vez, que nos duele el cuerpo y el alma. Nos hemos sentido cansadas, agotadas, enojadas, culpables, avergonzadas. Hemos recurrido a cuanto medicamento nos recetan, a tratamientos, cirugías, estudios… Que aún así cantamos y bailamos…

Nosotras que muchas veces nos abrazamos a la almohada, apretamos los dientes y lloramos por dolor, porque nos sentimos solas, por desilusión, por impotencia.

Así hemos seguido con nuestra vida y tenemos que tener la certeza de que esta mujer fuerte, sensible, salvaje, amorosa, vive dentro de nosotras, en el alma femenina, tiene poder creador. Crear permite resignificar (tu pasado, tu vida, tu dolor, tu futuro).

Tenemos una cálida y brillante llama amarilla, la pasamos de mamo en mano, y no nos deja solas. Déjala libre, pásala, mantenla encendida, no dejes que se extinga para que el alma de la Guerrera no nos abandone nunca y viva en cada una de nosotras.

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2 comments

  1. Soy una mujer guerra…..me lo ha dicho un amigo que al olvidarse de mi nombre……me describió como me ve…

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